Palo a pique o Gallo Pinto
En Venezuela y algunos países de Sur América, “palo a pique” se refiere a un enrejado, cerca o empalizada campesina, realizado con ramas de madera secas de suficiente grosor, que son enterradas en su base de manera vertical y dejando cierta separación, las cuales suelen ser atados o ajustados con ramas o con alambre de púas. Se utilizan para corrales, o para separar terrenos, el "palo a pique" es equivalente a un palenque.
Algunos autores creen que el palo a pique es un preparado que nació a finales del siglo XIX.
Se le asocia con Guayana y la región de los Llanos, y específicamente con los peones de los grandes hatos llaneros, los trabajadores de los sarrapiales y los mineros del Alto Cuyuní, quienes sobre llevaban largas jornadas de trabajo con una alimentación restringida.
En aquellas duras condiciones, el palo a pique aportaba en un solo plato los elementos básicos de una dieta mínima y poseía la particularidad de tener un alto nivel en proteínas y carbohidratos, aportando la energía necesaria para realizar el trabajo en el campo.
Nuestro buen amigo el cultor Iván Darío Pérez nos cuenta la manera de hacerlo y las experiencias vividas en su preparación.
Paseándome
por las exquisiteces gastronómica de la cocina de Doña Petra y Martina, mi
abuela y mi tía respectivamente, viene a mi memoria el suculento Palo a pique o
Gallo Pinto; esas dos mujeres que significaron tanto en nuestras vidas nos
enseñaron que ese plato era típico del llano venezolano y decía mi abuela Doña
Petra, que ella había leído que en Costa Rica lo llamaban Gallo Pinto. Por lo
general ellas preparaban el Palo a pique cuando mi papa traía a casa carne de
res salpresa e inmediatamente le solicitaban a mi papa el resto de ingredientes
para preparar ese suculento plato de la comida criolla y de los cuales, estor
eran los ingredientes:
1 Kg de Frijol
Colorado
1 Kg de Carne
salpresa o Chicharrón de cochino
½ Kg de Arroz
2 Tazas de Harina Pan
6 Dedos de Topocho
1 Cebolla Grande
6 Granos de Ajo
8 Ajíes parchos
1 Pimentón Rojo
2 Pencas de Cebollín
1 Manojo de Cilantro de monte (culantro)
½ Taza de aceite onotado
1
Cucharadita de comino
-
Sal al gusto
Una vez que tenían
todos los ingredientes a mano, comenzaba la preparación, recuerdo que mi abuela
escogía los frijoles para evitar que se le fueran residuos no comestibles, una
vez escogidos los lavaba y los colocaba en la olla con agua y los montaba a cocinar
en el fogón de leña, luego tomaba la carne salpresa y la lavaba bien para
extraerle el exceso de sal y la picaba como para picadillo, cuando los frijoles
estaban blanditos le agregaba la carne para que se cocinara, mientras iba
pelando los topochos y lavando el arroz porque cuando ella veía que la carne ya
estaba cocinada le agregaba el arroz y al medio cocinar del mismo le agregaba
los topocho picados en tamaño bocado. Luego procedía a preparar los aliños
sofritos con el aceite onotado y picado en cuadritos, se los agregaba a los
frijoles, junto con el comino y lo último que le agregaba era el cilantro de
monte y los bollitos de masa; allí le probaba el punto de sal. Recuerdo que la
preparación quedaba como una sopa espesa y con exquisito sabor, propio de la
gastronomía llanera.
Mi abuela decía que
el Palo a pique era un plato completo rico en proteínas, hierro y vitaminas y
que era muy nutritivo para que los niños crecieran sanos. Esas son las
enseñanzas de Doña Petra y Martina.
Fuente: Iván Pérez
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